Melancolía

Melancolía
La melancolía es la tristeza sin dolor, la nostalgia es echar de menos algo sin necesitarlo.

viernes, 2 de julio de 2010

Ellos

Cuando la identidad de una persona se funde con la tuya, cuando se convierte en una parte de ti, nace un lazo.

La realidad es infinitamente compleja, son miles de mentes, miles de vidas, y nosotros flotamos ciegos creyendo saber adonde vamos.

Sin saberlo.

Los lazos nos atan, nos aprietan, nos restan libertad. Pero también nos impiden caer en este vacío infinito, denso.

Sé quién soy, porque sé quienes son.

Es doloroso ver como un lazo importante para mí se agrieta, se rompe, se desvanece, indiferente, paulatino e inevitable.

Son decisiones difíciles.

Son aquellos que admiré, me ilusionaron, y por último me decepcionaron. Porque descubres que la amistad no es indestructible, que los amigos no son para siempre, que nada es para siempre.

Y para formar nuevos lazos tienes que tener fe, confiar en que no te harán daño. Elegir quienes serán esas nuevas personas las que te acompañarán en este viaje.

¿Cómo puedo saber que puedo confiar...en ti?

Confío... quiero... deseo... porque necesito...

...

Desería que hubieran demostrado que les importaba más.

Gracias para los que siempre han estado ahí, y para los que día a día impedís que caiga.

Así es la ficción

Anoche, estaba muy cansada. Eran las once y media.Me apetecía jugar al World of Warcraft y encendi el ordenador.

Nada más conectarme empezaron a sonar las gaitas y las flautas de la banda sonora, el viento soplaba dulcemente y no se oía ni un ruido animal, el mundo entero estaba dormido.

Las nubes, los árboles, la hierba... Sentía incluso la brisa gélida de la tundra.

"Osssh sería un puntazo estar en un bosque ahora"

Dirigí la cámara hacia el cielo estrellado, la aurora boreal me contemplaba, y sonreí pensando en lo hermoso que podía ser... espera...

Cómo un flechazo en la consciencia comprendí que ese cielo, brisa, tierra, era virtual. Pixel y polígonos.

Y me sentí tan decepcionada cómo si en algún momento hubiera llegado a creer que era real.

jueves, 22 de abril de 2010

Así es la seducción

Ligar es como tejer una tela de araña.

(Este relato es totalmente ficticio y cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia xD)

"Algunas personas encuentran la satisfacción de esta vida consiguiendo poder, un concepto antiguo nacido desde que dos seres diferentes convivieron y tuvieron que demostrar su superioridad el uno al otro. Esas personas buscan sentir el poder, y una de las maneras de obtenerlo es manipular a tus semejantes.

Escucha las mentes. Lee las mentes. Compréndelas. ESCRÍBELAS.

Hay pocas cosas en esta vida más placenteras que dirigir ese guión.

Ligar es algo parecido.

No hace falta que el cebo sea demasiado suculento, ni demasiado popular. No es necesario ser especialmente atractiva para conseguir que multitud de ellos caigan, conocidos y desconocidos, sólo hay que dejar el camino engañosamente fácil, crear un interés ficticio tu por parte, hacer que se sientan importantes. Sin dudar ni un momento de que eres superior, que los controlas, que sabes cuáles son sus pasos, que conoces su confiado avance.

Hasta que finalmente caen en la tela de araña.

Ella lo sabe bien.

Y puede ver cómo ridículamente esas personas se debaten confusas, atrapadas, engañadas, y puede reír silenciosamente mientras simula que no lo pretendía.

Apariencia inocente.

Siente como si fuera una colección grotesca, amigos que pretendieron ser más que amigos, quiere poseerlos pero no corresponderlos, quiere aliviarlos pero no soporta que escapen… y se queda sola y viuda, viuda negra una vez más.

Y los pocos que se quedan no la satisfacen, juguetes viejos, inútiles entretenimientos de un pasado.

Y la viuda negra, insatisfecha, busca nuevos objetivos que engatusar.”

-----------------------------------------------

“Recuerdo fugazmente la primera vez que te vi.

Tú me aseguraste que ya nos conocíamos, nos había presentado en una reunión irrelevante, un amigo cualquiera. Ni siquiera te había presatdo atención. Pero en ese momento te miré de verdad, te evalué, te puntué.

Muy fácil.

Desde mi punto de vista de cazadora entrabas dentro de mi rango, no soy muy exigente y siempre ataco a las presas hacederas, aquellas que sé que en seguida sucumbirán, y que por falta de experiencia no descubrirán la trampa hasta que sea tarde. Puede que incluso nunca sean conscientes de mi actitud deliberada.

En ese momento tenía otras inclinaciones, pero más por motivo de burla que de verdadero interés moví mi primera pieza. Aquel beso fugaz fue incluso arriesgarme demasiado, pero jugaba sobre seguro.

Y picaste.

A partir de esa noche empezamos a coincidir casualmente gracias a otro de mis objetivos, y me fascinó comprobar lo rápido que caíste en la tela, el poco esfuerzo que hice y tu sumisión… curiosa. Los celos, las conversaciones, el interés en general por mí me aseguraba otra victoria y un nuevo trofeo para mi lista. Y estuve esperando tu declaración mucho tiempo, aquella que me confirmaría mis sospechas y me daría la partida por ganada.

Sin embargo… pasaba el tiempo y la confesión no llegaba.

Tu actitud no daba lugar a dudas, y aún así… Me escamaba, me asombraba, ese toma y daca en el que intentabas ponerte por encima de mí, provocarme, hacerme creer que no te había atrapado, que había sido una ilusión… Que te había subestimado.

Por un motivo u otro, abandoné mis otros objetivos. Sólo quería evaluar tus reacciones, tus respuestas, cada vez más pragmáticas, cada vez menos evidentes… y mis movimientos cada vez más arriesgados, dejando conocer mis puntos débiles para crear una falsa confianza, para encontrar a su vez tus inseguridades, y poder usarlas en tu contra. Y cuanto más te conocía más perdida me sentía. Te pinchaba, te acorralaba, hasta que había momentos en los que no tenías más salida que la confesión, porque era evidente lo que sentías.

Pero callabas y decías: “¿Por qué siempre das con la pregunta correcta?”

La respuesta correcta no llegaba.

Era indudable. Yo lo sabía. Pero no era un cien por cien… no era un cien por cien.

A menudo te hablaba de mis otros objetivos, de con cuantos y con quiénes pretendía, y me soltabas molesto: “¿Por qué siempre estás ligando con todo el mundo?” Inconsciente, no sabías que tú eras mi única presa.

Y cuando ya, rendida, abandoné la causa casi por aburrimiento llegó una declaración extraña, brusca y absurda. Querías distanciarte porque la situación no te gustaba, porque yo estaba interesada en otra persona.

Paralizada, no sabía a dónde mover. Una jugada en la que te rindes y a la vez huyes era demasiado inteligente, demasiado imprevista. Sólo por no mostrar mi debilidad consentí que hicieras lo que mejor te pareciera, pero sentía que ya no eras mi presa sino mi rival, y entonces la caza se volvió más interesante. Ese orgullo que no te permitía reconocerlo, estaba cayendo, sólo era cuestión de tiempo. Mi orgullo también se resentía, notaba que ya no me mirabas igual, tu media sonrisa me demostraba que intentabas mostrarte más seguro de ti mismo de lo que te sentías realmente.

Jugaba con ventaja y me aseguré de que ese distanciamiento no se realizara…pero...

Aquella noche, otra noche cualquiera, ocurrió todo tan precipitadamente, te lanzaste, tomaste la iniciativa, y ya no supe que hacer, perdí la ventaja del primer golpe y sólo me quedaban dos opciones…

“¿Le beso o… no le beso…?”

No actué pensando en mi movimiento sino por instinto.

No fue un contraataque.

Estaba atrapada en mi propia tela.

Eras otro cazador, y me sentí engañada, no por ti, sino por mí misma. Hilos invisibles, no podía moverme sin perder la partida.

Que juego tan absurdo.

Enamorada...tsk”

domingo, 4 de abril de 2010

Soy

Yo soy como un tren.

Despacio y constante, mi férreo camino es imposible de desviar, mi destino está decidido desde el momento que me puse en marcha.

¿Hacia donde me dirijo? No lo sé.

Los paisajes cambian, los bosques, las montañas, siempre traerán un mejor recuerdo que los altos edificios que no dejan ver las estrellas.

En un viaje de ida sin vuelta...

Muchas personas se subiran al tren a lo largo de mi vida, y me acompañaran durante un tramo de mi viaje.

Hay pasajeros que se suben y se bajan y su tiempo de estancia es tan breve que no tengo tiempo de memorizar sus caras. Sin embargo hay otros que llevan mucho tiempo conmigo, tanto que ya foman parte de este tren. Sin ellos este viaje sería tan triste y solitario...

Ellos eligen estar aquí. Nadie les obliga.

He tenido que ver con mucho dolor como personas que subieron en las primeras estaciones han cambiado de opinión. Cada vía es un camino, cada andén una amarga despedida. Recuerdo los ojos tristes que me observan hasta que desaparezco en el horizonte. Otros no miraron atrás.

A veces, algunos vuelven a subir.

Y ultimamente me doy cuenta de que la melancolía y la amargura invaden los vagones mientras paulatinemente el número de pasajeros disminuye.

Soledad destilada, la noche es más fría cuando el asiento contiguo está vacío.

Suena tristemente desfinada una melodía de piano en este tren sin maquinista.

lunes, 22 de marzo de 2010

La droga es el peor de los psicólogos...

Apoya los codos encima de la mesa de la cocina, la cabeza apoyada sobre las manos, en una actitud totalmente derrotada. Sus ojos desorbitados se mueven en todas direcciones, buscando, buscando algo que solo ellos ven.

Dirige su mirada presa del pánico hacia mí susurrando: "Ellos vienen a por mí... ayúdame Ainhoa, ayúdame..."

Podría traerle las pastillas, pero ellas no van a devolvérmelo, no va a volver.

"Son ellos, me quieren llevar... me quieren llevar... No les dejes..."

Hay un asesino al que odio y se llama esquizofrenia.

----------------------------------------------------------------------------------

Está oscureciendo. Es un chico ocupado, no puede permitirse acostarse tarde. Hay demasiadas cosas que hacer, demasiadas clases a las que ir, demasiados retos que cumplir.

Antes de entregarse al sueño enciende el mechero, los dedos temblorosos, el papel translúcido, el humo que se expande.

Porque ya es incapaz de conciliar el sueño si no lo hace.

Hay un asesino al que odio y se llama insomnio.

--------------------------------------------------------------------------------

El sillón es un buen refugio. Sólo tienes que sentarte, mirar al techo y esperar, esperar al que el tiempo pase. La porquería y el desorden pueblan todo el pasillo, toda la casa. Ese olor característico flota en el ambiente.

Encima de la mesa hay un trozo de papel, un papel sin importancia, uno cualquiera de los que están abandonados como naúfragos por todo el suelo.

Suspenso, suspenso, suspenso.

Hay un asesino al que odio y se llama apatía.

--------------------------------------------------------------------------------

¿Dónde estás? ¿Adónde has ido?

No eres tú. ¿Quién eres?

¿Por qué?

¡¿Por qué te has marchado dejándome tan sola?!

¡Vuelve, por favor, vuelve! ¡Cuenta los mismos chistes, haz las mismas bromas! ¡Escribe, juega, como siempre, como siempre has sido! ¡NO ME DEJES SOLA! ¡NO TE VAYAS!

------------------------------------------------------------------------------

Me despierto bruscamente en mitad de la noche.

¿Por qué estoy llorando?

"Sólo ha sido un sueño... un mal sueño"

lunes, 15 de marzo de 2010

Así es la vida

---------------------------------------------------------

La vida es como un examen.

Aún cuando no has accedido a la conciencia, cuando un remolino de sombras y luces envuelve tu cerebro, escuchas una voz que te llama, mientras pasan lista.

-Ainhoa Quesada Díaz...

Al principio no respondes, levantas la cabeza, confuso, intentando averiguar de donde proviene esa voz y a quién se dirige... La voz insiste.

-Ainhoa Quesada Díaz?

Entonces dislumbras al profesor cuya mirada te atraviesa con expresión interrogante.

-Yo?- respondo en un susurro.

Así obtuve identidad.

Acto seguido un examen impoluto, un folio en blanco perfecto cae encima de la mesa, y sin mediar palabra, el profesor se marcha, para no volver... hasta que llegue el momento.

Muy lentamente te das la vuelta y encuentras una ecuación en el centro de la página.

-"¿Y que hago yo ahora?" - te preguntas mientras miras en deredor, encontrandote en una sala enorme, donde miles de alumnos intentan resolver el problema. Algunos con calma, otros con desesperación.

Durante los primeros minutos no te preocupas, tus padres te enseñan la matemática básica, cogen el lápiz de tu mano, escriben contigo.

Pero llegará un momento en el que, de repente, te darás cuenta de que te encuentras solo y que cuando nadie te ayuda el lápiz pesa muchísimo. Tragando saliva, decides empezar a resolver la ecuación.

De vez en cuando levantas la cabeza y ves cosas. Descubres que aleatoriamente, el profesor se dirige a un alumno que está al lado tuyo. Es una persona mayor.

-Has acabado.

No es una pregunta.

Y con resignación, el anciano entrega su examen y sale del aula.

Así pasa siempre. No importa que el alumno sea joven o viejo, que haya resuelto el examen o no. Simplemente un día el profesor lo selecciona con aletoriedad indiferente y se lo lleva.

Nadie sabe que hay fuera del aula. Nadie ha vuelto.

Hay personas que se desesperan cuando la ecuación es demasiado difícil. ¿Es la misma para todos o distinta segun la persona? Eso no puedo saberlo...

-"¡No quiero hacer este problema! No puedo resolverlo, no lo entiendo... Ya no aguanto más el dolor de que todo lo que he hecho resulte inútil."

Y sin que nadie le llame, esa persona entrega el examen y se marcha, para gran tristeza del resto de los alumnos.

¿Sabes que hay ecuaciones que no tienen solución verdad? De estas que la X no coincide con ningun número, que por mucho que lo intentes, por mucho métodos diferentes que utilices, siempre acabará en una incoherencia, eludiendo tus esfuerzos y ofuscando tu mente.

Hay gente que se da cuenta de que la ecuación no tiene solución.

----------------------------------------------------------------------------------------

Durante toda mi vida he dibujado en los márgenes del folio. Me gusta dibujar. La gente suele decirme que no lo haga, que ordene los números y me deje de tonterías.
-"No puedes beber tanto Ainhoa..." "Está claro que no se puede vivir sin dinero, ¿pretendes vivir del aire?..." "La gente vive en sus casas, duerme por la noche y trabaja por el día, ¿cómo es posible que no sepas eso?"

Y la gente amable me sopla y me ayuda.

Pero estoy cansada. Nunca he conocido a nadie que haya resuelto sus ecuaciones. Es un problema tras otro, y lo único que te puede ayudar a sobrellevarlo es organizarte y aceptarlo. Entonces se me quitan las ganas de hacer el examen, de renunciar a todo lo lógico, porque hace tiempo que la lógica perdió su propio sentido.

-"¿Y si me voy?"

Pero tengo miedo.

Miro al techo infinito, con los ojos anegados en lágrimas.
-Profe, explícame como se resuelve, por favor...

Pero el profesor nunca responde.

"Suelta el lápiz. Olvida tus compañeros. Renuncia al todo por la nada. Pues si no ves el objetivo es porque comprendes mucho o muy poco"

Me levanto. Entrego el examen. A mi alrededor la gente llora, la tristeza flota con un vapor ligero que destila melancolía y culpa.

Nos vemos en el pasillo.

--------------------------------------------------------------------------------------------

Ya, ya...

--------------------------------------------

¿Qué es la vida?

Imagina un niño ciego, sordo y mudo encima de una sábana blanca. Imagina que encuentra una caja de lápices de colores, y, sin ser consciente de lo que hace, los coje, los tira, raya la inmensa página blanca en dónde está, en donde al cabo de uno instantes sólo quedarán los vestigios de astillas y cera, de un arte que no sale de ninguna parte ni se dirige a ninguna parte.

Y cuando intentas encontrar sentido a ese sinsentido, a ese cuadro abstracto nacido del caos, te preguntas ¿qué es la vida?

-----------------------------------------------